Querido Marcos,
Aunque un poco tarde - hemos apurado un poco y son ya las 22.25h del día 9- escribirte unas breves líneas para FELICITARTE. Aunque estamos acabando el día lo más positivo es que a primera hora de la mañana -en Misa- te he tenido especialmente presente. Los días previos y hoy mismo durante todo el día también: sólo pensar la bronca que me podría caer si no te escribo de mi hermana Montse, ya ha servido para tenerte presente. De todo corazón MUCHAS FELICIDADES!!
Seguro que ya te habrán dicho todo tipo de tonterías y sensaseteces, combinadas, sobre el número cincuenta, la crisis de los cincuenta, etc., Y puesto que en breve a mí me tocará pasar por el mismo trance sólo decirte que lo mejor siempre está por llegar.
Como primo sacerdote -aunque estás rodeado de primos sacerdotes- me toca repetirte que la mejor forma de pasárselo bien es estando muy cerca del Señor y de su Madre, y, a través de ellos, de todos nuestros seres queridos y de tantos que nos necesitan -que necesitan a Dios-. Estoy convencido de que hoy te habrás acordado especialmente de tu padre. Yo hoy también me he acordado especialmente de él.
Pero dejémonos de aspectos tan trascendentales y pasemos a lo ordinario. Gracias por tantas cosas en las que te has volcado por todos (yo te agradezco especialmente algunos frutos del huerto de Castell) y desearte un día muy feliz. Algunos, cuando llegan estas efemérides, no saben si felicitar o dar el pésame. no nos engañemos: la edad perfecta es la que cada uno tiene, la que nos ha dado Dios. Ahora a por otros 50 y a dejar un surco grande. La felicidad de muchas personas depende de nuestra respuesta.
Un fuerte abrazo y de verdad: perdóname por unas letras tan místicas, pero a estas horas las neuronas ya no dan para más. Hasta pronto
No hay comentarios:
Publicar un comentario